Hay personas que nacen con la única razón de hacerte feliz, o al menos eso parece. Salen de la nada y te lo ponen todo por delante, te colocan un sol radiante en tus días de lluvia, te pintan los labios de rojo y te sacan a bailar. Y en eso convierten tu vida, en un baile interminable, en el que, salvando un par de tropezones, coordináis a la perfección, con la máxima elegancia. Y eso es algo que nada ni nadie puede valorar, entender ni siquiera imitar. Es algo mágico, especial. Inolvidable.

Todos los días de mi vida.

No sabes lo que es despertar a las tres de la mañana y ver su cara, y volverla a ver a las cuatro, y a las cinco y media, y a las siete, y justo antes de sonar el despertador. Que se revuelva un par de veces antes de hacer un nudo con sus piernas y atraparte como si te secuestrara toda la noche. No tienes ni idea de lo que es convivir con esa persona semana tras semana y darte cuenta los domingos por la noche que eso es lo que quieres volver a hacer en la que empieza. Una y otra vez. Cambiando el significado de la rutina.

Podría copiar todos los párrafos del mundo, todas las líneas que alguien escribe con el corazón en un puño. Todas las palabras que salen, aún con nudos en la garganta, y que mojan algunos teclados. Pero si me limito a no hacerlo, te juro que no fluye. Contigo no. Es imposible. Que no es ninguna tontería eso de que me dejas sin palabras y sin aliento. Que estás hasta en mi sopa, y que me estoy volviendo loca de tanto quererte. Que es imposible escribir pensando en ti, en cómo tus ojos son capaces de fundir cualquier metal y cómo tu piel hace oleaje cuando se roza con la mía. Cómo te ríes y cómo gritas. Cómo me haces sentir la persona más importante del mundo. Que no me creo cuando hablas del futuro y de alianzas infinitas. Que no me lo quiero creer y hago el intento de despertar cada vez que me parece escuchar un "nosotros" y un "para siempre". Que te quiero, y quiero que sepas que soy la persona más feliz del mundo, y la más afortunada por poder compartir todo mi tiempo contigo.  Que no puedo resistirme a tus besos y a tus luchas con las sábanas, y cómo haces desaparecer el resto mi mundo. Ahora nuestro mundo.

Como a veces ocurre, en un momento dado el tiempo se detuvo, y ese momento duró mucho más que cualquier otro. Y el sonido se detuvo, y el momento se detuvo durante mucho tiempo, mucho más tiempo que un momento.

Luego, gradualmente, despertó otra vez el tiempo y prosiguió perezosamente su marcha.

A veces, cuando eres joven, crees que nada puede dañarte, es como si fueras invencible. Toda tu vida está frente a ti y tienes grandes planes. Grandes planes para encontrar a tu pareja perfecta, la única que te completa. Pero según vas creciendo, te das cuenta de que no siempre es fácil. Y no es hasta el final de tu vida, cuando te das cuenta de que los planes que hiciste eran solamente planes. Y cuando miras al pasado en lugar de al futuro, quieres creer que has hecho todo lo posible con lo que la vida te ha dado, quieres creer que estás dejando algo bueno atrás, quieres que todo sea importante.

Para algunas personas, agosto es el mejor mes del año... Feria, calor, playa, madrugadas... Otras prefieren el frío, la estufa, las triples mantas, enero. Lo que está claro es que cada día del año tiene su encanto, el que queramos darle. Cada día será especial cuando así quieras hacerlo. No hay planes. Ni futuros escritos. Ni destinos esperados.

Sé que no es la primera vez, pero es la primera vez que quiero salir por un motivo en concreto. Nunca antes había querido impresionar,destacar para que los ojos de una persona entre miles se fijen en mí. Nunca antes le había dado tanta importancia a una sonrisa, ni me había hecho tanta ilusión tener esperanzas, por pequeñas que sean. No, nunca antes había sido tan feliz con solo mirar a una persona. Y esque el amor es irracional, cuanto mas quieres a alguien, menos lógica tiene todo.